29 de septiembre de 2013

Limpieza Yóguica Shank Prakshalana

Asanas que ayudan a conducir el agua salada por el tracto digestivo.

Hace tiempo leí en un libro sobre medicina tibetana que la primera enfermedad que tuvo el hombre fue la mala digestión. Me pareció muy curioso que según los médicos del Tíbet todas nuestras molestias y dolencias empiezan con una mala digestión que se puede tratar fácilmente con agua caliente. Dicho así, parece que nos complicamos mucho la vida, sobretodo hoy en día… :)

Existe una técnica yóguica milenaria, que ayuda a prevenir las enfermedades efectuando una limpieza regular de los intestinos con agua salada. Se llama Shank Prakshalana y a pesar de su nombre algo largo y complicado de pronunciar, en realidad es muy fácil y accesible de aplicar en condiciones domésticas. Necesitamos 2 o 3 litros de agua, sal marina natural, unas 3 o 4 horas de tranquilidad y algo de buena voluntad para seguir unas cuantas simples reglas.


En cambio los beneficios de esta práctica son enormes. Ayuda a limpiar todo el intestino de las toxinas acumuladas por nuestra alimentación. Desincrusta el moco intestinal y los restos de comidas sin procesar que con el tiempo se adhieren a las paredes intestinales y entorpecen tanto la digestión, como la evacuación. En muchas ocasiones, estos deshechos se pudren o fermentan, producen gases y toxinas que se vuelven a introducir en la sangre y así sufrimos una autointoxicación constante por el simple hecho de no haber podido evacuar bien y a tiempo los residuos de nuestra alimentación.

Además la técnica tiene efectos positivos sobre la regeneración de nuestras células y estimula poderosamente algunas de nuestras glándulas de vital importancia, como el hígado y el páncreas. Otros beneficios que podemos esperar de la limpieza Shank Prakshalana: mejora el sueño, limpia la piel, equilibra el sistema nervioso, favorece la absorción y la asimilación de los nutrientes, ayuda a tomar consciencia de seguir con una alimentación sana, etc. etc. Es decir, nos beneficia tanto a nivel fisiológico, como emocional y espiritual.

Esta cura viene muy bien para gente que sufre estreñimiento ocasional o que simplemente no elimina los deshechos a tiempo y como consecuencia sufre mal aliento, dolores de cabeza, insomnio, irritabilidad, hemorroides o erupciones cutáneas. Y en general, se recomienda hacerla por lo menos 1 o 2 veces al año, al ser posible con el cambio de estación. Yo la he hecho ya varias veces y os puedo confirmar que tiene efectos inmediatos muy buenos, como por ejemplo elimina al instante la sensación de pesadez en el estómago, activa el tránsito intestinal, mejora el ánimo y el autoestima, proporciona una sensación de paz y tranquilidad que ayudan mucho a la atención y la concentración.

En conclusión, siempre tenemos que procurar estar atentos a los señales del cuerpo. Porque eso de tener pesadez o sentir molestias después de comer no es algo normal. Es un síntoma que indica que nuestro sistema digestivo está saturado y necesita una limpieza. Eso sí, esta técnica es sólo para personas que no sufren enfermedades graves del tracto digestivo o infecciones en pleno desarrollo. No se recomienda en casos de úlceras, diarrea, colitis, apendicitis, tuberculosis intestinal o cáncer.

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